Techo, agua, calma

Con los dedos tibios
con la noche enredada en los ojos
con un poema muerto y resucitado por las ganas
imposibles
de darte techo y agua y calma
ayer me fui naciendo desde la boca
capaz de romper el cielo a mordiscones
y así abrir un poco el aire
y limpiarnos la mirada y el futuro
porque ya vos y yo
nos merecemos un rescate a tiempo
un huequito cálido más allá de plazas y brisa
con las risas de ese niño trepándonos la cara
la sonrisa
y las tardes.

Me diste sed y hambre
por eso te escribo un telegrama urgente
pidiendo lo que pide la lengua
abrigarnos a un salto del círculo de cuchillos
para subirnos a la vida.

Comentarios

Ésta que soy dijo…
A veces, subirse a la vida, es "demasiado mucho"...

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