A cuenta de reloj

Yo podría no escucharme
pero el nudo está en el centro de las cosas
como las esquinas y sus demonios
y la luz oscura de la duda y la ignorancia de sus nombres.
Podría olvidarme de mi costado siniestro
de los ojos trágicos que nacen de cuando en vez
a hablarme y callada
mirar para el lado del amor que reluce y me sacia.
También podría evitar mi euforia
mis trepadas a las noches de aire caliente de tantas primaveras
naciéndome nocturna y peligrosa y jugadora de extremos.
Podría amar -siempre- como un animalito inocente
pero quién sería yo.
Si soy la que se busca entre las otras
si soy esa
la que devora y se devora a cuenta del reloj
entre las escapadas del sueño y los días que se me despiertan en las manos.

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