Corre corazón


Su corazón parece llevado por un millón de caballos. Tiene la fuerza de quinientos bueyes en cada pierna. Se mueve desesperadamente intentando salir, buscándose, corriendo esta maratón de miles de horas para encontrar quién es y encontrarnos.
No sabe dónde está el aire. 
Parece un motor a punto de  romperse o arrancar y la felicidad termina siendo lo mismo que la desesperación y la duda.
Mi corazón parece atado al suyo. Late a la misma velocidad pero por distintas razones.

Yo prefiero ser la que mira, la que cuenta. Eso me distrae de la incertidumbre crónica disfrazada de esperanza que tengo en la cara y en la voz cada día en el teléfono y en las conversaciones con el resto del mundo mientras se me acelera el corazón y me ahorca de a ratos el llanto y la angustia en el estómago y la garganta.

Mi miedo es un nudo, de millones de vueltas en el medio del pecho, un remolino congelado que se clava como una estaca.

Comentarios

Jorge Lacuadra dijo…
Me he visto reflejado en tu escritura, tenemos concordancia de palabras y sentimientos. He escrito y descripto sentimientos similares a los tuyos, similares inquietudes del alma. Me he sorprendido gratamente al leerte. Beso.
Ésta que soy dijo…
En buena hora, Ismael. Si hay algo de patafísico en la conexión del que habla y el que escucha uno siente que ha logrado lo más importante de escribir.
Gracias por pasar, por leer, por conectarte con lo que digo.

Un abrazo

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