Cuánto de fría



Dime cuánto de muerte tiene la muerte, hermano mío.

Cuánto de sola,
cuánto de oscura.
Dime si se precipita uno en el vacío inmenso
y desaparece,
dime si persiste el sentido, el tacto del alma,
más allá del último latido del corazón.
Porque yo prefiero el dolor a la ausencia,
al desvanecerse, al apagarse para siempre
y ya no ser
ni para Dios ni para los demonios,
ni para uno, ni para nadie.

Dime que la muerte es fría,
que el miedo es insoportable,
que se te congelan los pies invisibles al atravesar su umbral;
pero dime que se siente,
hermano mío.


Comentarios

Jorge Lacuadra dijo…
Ni dios ni los demonios... solo un trozo de piel mojada por el tiempo... somos lágrima cayendo... somos vértigo que se apagará al final de atardecer... felicitaciones...

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