Prequirúrgico

3:12 am.En los mismos pasillos se escuchan los sonidos de la vida y de la muerte. Hellboy, los sandwiches de miga y la espera que desespera entre el sueño y el insomnio de esta pesadilla. La duda y el miedo y la rigidez de las sillas de madera de la sala de espera anudando las cervicales. El reloj de la pared de enfrente diciendo que el tiempo sigue pasando en mis narices.
Mi hijo dormido a mi lado, es como tener el as de esperanza bajo la manga, el sueño del amor que no deja irse demasiado pronto.

Soy el punto de apoyo debajo de la palanca, el fundamento de la tranquilidad, las manos que equilibran y sostienen el mundo, casi muerta de miedo por la muerte.Sólo yo sé que lloro y hago promesas para adentro así no me derrumbo. Rezo. Como un acto de fe, una cábala, un rito neurótico, un mantra. Espero el llamado al teléfono del guardia, el movimiento de la puerta vaivén, el milagro que refute los argumentos del pánico.
Pido.

Comentarios

Verónica Cento dijo…
Me dejaste un nudo en la garganta.

Te abrazo, amiga

Ésta que soy dijo…
Otro abrazo, grande, Vero...
Nat... dijo…
Desgarrador... la descripción tan precisa del desborde emocional... una luz para vos!
Ésta que soy dijo…
Gracias por pasar, leer, y acercarte al texto, Nat.
Y por la luz, claro..
Ya pasó, Nera, aguanta.

Escribir ayuda, no creas.

Un achuchón, fuerte y cuída a ese cheroquee que te duerme cerca.

Namasté.
Ésta que soy dijo…
Morg!..qué sorpresón! y yo que te hablaba de las Crónicas Hospitalarias...ya ves..
Por acá, sigo remandola, cuidando al cheroquee que me cuida tanto como yo a él, por el sólo hecho de ser..ya sabés cómo es esto de madres e hijos..
Que gente como vos esté, ayuda a seguir remandola.

Un abrazo fuerte y enorme, Morg..

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